viernes, 1 de abril de 2016

EL RADICALISMO DEPARTAMENTAL QUIERE ALINEAR A SUS ESTRELLAS

UNA CONSTELACIÓN EN DECADENCIA
HOY SE REÚNEN EN MARÍA GRANDE 
PARA DAR DIRECTIVAS 

Esta noche en María Grande, tradicional centro de convenciones políticas, habrá una reunión de dirigentes radicales, a los que se quiere sumar a otros que integran el PRO, con la finalidad de intentar el alineamiento de los concejales del Departamento a los objetivos políticos que tiene este partido, para salvarse del eclipse que por naturaleza puede ocasionarle ante el sol nacional de Cambiemos el gobierno unipersonal de Macri.
Es que ya está comprobado que Rogelio Frigerio da pasos certeros para asegurarse el sillón de Urquiza en 2019; esta realidad les hace aflorar los pelos a los radicales que no logran digerirla, mucho menos aceptarla.
La decadencia del radicalismo no la vamos a descubrir desde SAN BENITO AHORA ya que es palpable desde el 2001/2002.
Lo llamativo y que abre sospechas de los reales motivos es lo que ocurre en municipios como el de San Benito, en el que gobierna el Frente Renovador de Massa y donde Cambiemos colocó dos concejales al salir terceros en la contienda electoral.
Por una casualidad en San Benito ambos concejales son afiliados a la U.C.R., incluso G. Xavier fue candidata a intendente en 2011, logrando una aceptable performance electoral. El Pro en San Benito jugó abiertamente sus fichas al Frente Renovador de Donda.
Ahora resulta que - por intereses del clásico sectarismo que caracteriza al mencionado partido - se pretende hacer una opereta inversa a lo que una dirigencia responsable debería realizar, ya que se quiere presionar para que los concejales renuncien a sus principios partidarios y republicanos para alinearse al Frente Renovador, sólo por un mezquino interés de contar con algún que oto voto más en el H.C.D.
Esta paupérrima intención pinta de cuerpo entero la decadencia radical que aludimos. La pretensión de que el intendente Donda se sume al radicalismo es - por ahora - una utopía, siendo que es afiliado desde hace varios años en el Partido Justicialista; de lo que hasta hoy se sabe es que no ha renunciado a esa identidad política y partidaria. 
Es difícil creer que nuestro intendente se afilie al radicalismo por una cuestión de coyuntura o conveniencia circunstancial. Por ejemplo, si desde Buenos Aires le aseguraran 200 cuadras de asfalto para los próximos tres años (de 2016 a 2018) se podría entender un cambio de identidad, pero por un puñado de monedas devaluadas no creemos que sea oportuno dar un portazo a un Frente Renovador que, ante las últimas noticias que arrecian los medios respecto a tarifas, con el 35% de pobres en la Argentina a los que se les vuelve a pegar una patada por el culo en estos días, no es descabellado pensar que será la oportunidad para que Sergio Massa sea un candidato mucho más potable para el 2019 que lo que lo que fue en las elecciones pasadas.
Estas movidas sectarias con operetas comiteriles, tan características del radicalismo departamental, ponen en evidencia que se privilegian las quintitas personales o de grupos minúsculos, antes de la apertura amplia, sincera, sin zancadillas que se debe un partido caído en la bancarrota por obra y gracia de sus dirigentes.

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