HACE POCO TIEMPO NOS DECÍAN QUE
NO HABÍA LUGAR
PARA CONTRATOS MUNICIPALES
Cuando se aprobó el presupuesto municipal para el corriente año se planteó la necesidad de ir regularizando la situación de una cantidad de empleados irregulares que trabajan en la municipalidad local, muchos de ellos con una antigüedad superior a los diez años, a quienes nunca se les ha realizado aporte jubilatorio alguno lo que implica un perjuicio enorme cuando cada uno de ellos no tenga más aliento para dar a la vida activa y deba acogerse a una jubilación. Será entonces cuando cada uno de ellos se acuerde de nuestra prédica, de que teníamos razón cuando reclamábamos desde esta tribuna por el ejercicio del gobierno sometidos al cumplimiento estricto de la ley.
Los concejales oficiales – por boca de Fabián Tentor – nos decían que esa pretensión era imposible de cumplimentar por bla, bla, bla…
Pasó muy poco tiempo. Apenas cuatro meses.
Hoy nos desayunamos que en la municipalidad local se ha hecho un contrato de locación de servicios para el hijo de un allegado a vasquismo, que se había volcado abiertamente en apoyo al Frente Entrerriano Federal en las últimas elecciones y – ante el rotundo fracaso – volvió la mirada de nuevo hacia el panal de aún quedan restos de miel oficial para saborear.
Se trata de Aivar, quien desde su tarea de inspección de fondas y bares desarrolla política de entrecasa a favor del que más ponga pero que a la hora de juntar votos le sobran los dedos de una mano.
Esa supuesta militancia produce un costo operativo y el mismo tuvo reconocimiento por parte del gobierno local y esta semana le han dado trabajo a un hijo para saldar en parte la inversión realizada.
Mientras tanto, los antiguos obreros, aquellos que no tienen padrinos, los anónimos que hacen las tareas de la calle, siguen penando por ‘justicia social’.
¡Claro que existe la justicia social!...pero para los acomodados.
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